martes, 8 de noviembre de 2016

Libertad de expresión.




Últimamente se está estableciendo un debate social, sobre los límites de la libertad de expresión. Puede parecer que límites y libertad sean oximoron, sin embargo al ser humano nada le hace sentir más libre que una zona de confort y para acotar una zona, son necesarios los límites, lo que en teoría haría razonable abrir ese melón.

El problema, radica en que cada vez parece mas evidente, la confusión entre expresión y opinión. Mas que nada es que las opiniones se pueden expresar o no, por lo cual realmente nunca sabremos que piensa de verdad y los motivos de ese pensamiento quien tenemos enfrente, hasta que sus actos no acompañen a lo que piensa. Yo como padre he expresado alguna vez la intención de matar a mi hijo, inmerso de pleno en esa etapa prepuberal a veces tan desquiciante, sin embargo entre mi expresión, mis pensamientos y mis actos hay una clara disociación. Es más reconozco que muchas veces también he pensado en infligirle toda clase de torturas sádicas a mi jefe, algo que evidentemente nunca de momento he llevado a cabo. Estos ejemplos me sirven para demostrar, que lo que expresas, muchas veces no tiene nada que ver con tus pensamientos osea tu opinión, y aun cuando pensamientos y expresión van de la mano, tampoco significa que se vaya a dar la acción, pensada y expresa. Por lo tanto, por lo único que se nos puede condenar es por nuestras acciones, no por nuestras opiniones y pensamientos. El dilema entonces está en las expresiones, ¿condenables o no?.

Ahí es donde creo que entra el interlecutor. Osea el destinatario de tus expresiones. En el caso de mi hijo, que le amenace con matarlo, le provoca risa, por lo tanto no se ofende. En cambio si le expresara a mi jefe mi pensamiento de torturarlo hasta la muerte, igual me ponía de patitas en la calle. Resumiendo expreso una opinión muy parecida: un deseo de matar y sin embargo nos encontramos con dos reacciones distintas.

Cuando pasamos del nivel relacional íntimo o cercano, a las expresiones de carácter político, la cosa cambia, ya no hay un interlocutor directo, sino un interlocutor global, en forma de un colectivo que presuntamente tiene una opinión parecida. Si dirigirte o expresar tu opinión a un persona ya es complejo, cuando esa opinión ha de ser interpretada por cientos o miles de persona es imposible. Siempre habrá alguien que se moleste, que se ofenda o que se crea atacado. Tratando de evitar eso, es como surgió la nueva religión de las sociedades occidentales: lo políticamente correcto. En base a una serie de valores, por cierto indiscutibles (como en cualquier religión), se decidió una forma de expresión neutra, basada en una serie de mandamientos, bajo los cuales se puede decir cualquier cosa, aunque en realidad no se diga nada mas que un repetición de esloganes. Con lo cual, cada vez hay más brecha entre lo que expresa la gente en petit comité y confianza y lo que expresa en público, por miedo a ser acusado de cometer alguno de los pecados capitales de esta nueva religión.

Pero al igual que en el mundo que vivimos, esos pecados no llevan en vigor dos mil años, son cambiantes y van según modas. Y os pongo un ejemplo, en el siglo XX hubo dos grandes formas de tiranía: el fascismo/nacionalismo y el comunismo. Pues bien vayan ustedes a darse una vuelta con una bandera del tercer Reich o haganlo con una de Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y verán que el efecto ofensivo para la mayoría no es el mismo.

¿Porque la expresión de apoyo a dos formas de tiranía y opresión, no conciben la misma condena?. Muy sencillo, sobre una de ellas hay mayor simpatía social. Expresarse nazi es un pecado mortal, expresarse comunista sovietista puede tener incluso ciertas simpatías. ¿Otro ejemplo se imaginan que sucedería si un ayuntamiento cediera un sala para que se reuniera "la asociación de machos ibéricos de Tomelloso"?, verdad que no, que seria ofensivo y censurable. Ahora vayamos a otro pueblo y cambiemos el nombre "asociación feminista Dulcinea del Campo de Criptana", ningún escándalo verdad. Ambas son excluyentes con el otro sexo, pero una cumple con las doctrinas de la iglesia de lo políticamente correcto y la otra "vade retro satanás".

Yo soy un firme defensor de la libertad de expresión. No fui de los que apoyó la ilegalización de HB, mas que nada, porque es mejor que un tonto se exprese y reconocerlo, que no que se reprima y se vuelva un tonto malo. Las ideas intolerantes, se desprestigian precisamente mostrándose abiertamente, dejemos de tratar al pueblo como un menor de edad al que hay que mandar a la habitación cuando el película van a hacer tras tras, no tengamos miedo a que los necios se expresen y sobre todo pensemos que necios hay en todas partes, con todas las ideas y tal vez empecemos a preocuparnos de los que tienen altavoz.

Por cierto, puestos a poner límites a la libertad de expresión. Yo se lo pondría antes a quienes reclaman un derecho por encima de los derechos de los demás, que a alguien que se pilla un calentón y dice "te voy a matar". Que se lo pregunten a mi hijo. Que con 12 años será capaz de razonar que tienen mucho más peligro los primeros.

Opinar y no molestar a nadie eso si es oximoron.

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